Un nuevo estudio en el que han participado más de 100.000 personas indica que cenar después de las 21:00 horas se asocia a un aumento del 28% del riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares como el ictus.
Cuidar la salud no solo implica mantener una dieta equilibrada, sino que el horario y el ritmo de las comidas también es fundamental. Así lo constata un nuevo estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el INRAE, el Inserm y la Universidad Sorbona París Norte, que ha revelado que desayunar y cenar temprano.
El estudio, realizado sobre una muestra de más de 100.000 personas a las que se realizó seguimiento entre 2009 y 2022, muestran que realizar la primera comida más tarde en el día (como cuando se salta el desayuno) se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, con un aumento del 6% del riesgo por hora de retraso. Por otro lado, cenar después de las 21:00 horas se asocia a un aumento del 28% del riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares como el ictus, en comparación con hacerlo antes de las 20:00 horas, sobre todo en las mujeres.
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